Placa antironquido
¿Cómo nació esta idea de usar placa antironquido? 💡
Inicio jueves 17-06-2022
Hablando con la doctora P. B., mi anestesista, le conté qué a veces en la noche pateaba y que en ocasiones era muy incómodo para Verónica, mi señora, y que en dos ocasiones me caí de la cama, estando "durmiendo". De hecho, hace una semana me caí tan fuerte que tuve que ir al traumatólogo por si tenía una posible fractura a primera hora de la mañana, sin pedir cita sino que dispuesto a esperar un sobrecupo. Me vió un traumatólogo joven, que justo se iba yendo, me examinó y me indicó de inmediato una radiografía de la pierna izquierda, y afortunadamente salió normal y sólo me indicó antiinflamatorios y analgésicos ¡uf que alivio, nada grave!.
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Continuó la doctora: "Debe tener el síndrome de piernas inquietas". ¿Piernas inquietas?
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Al principio me dio risa, nunca había escuchado esa palabra. Y agregó: "Yo hace cómo cinco años, roncaba mucho y desde que me hicieron la placa anti ronquido ya no tuve más problemas". Siguió: "de hecho, cuando viajo, se me pueden olvidar los calzones, pero jamás mi placa". Pregunté: "¿Y cómo es?". Mientras le daba anestesia a un paciente qué íbamos a operar, me respondió: "Es una placa de acrílico doble, con una bisagra uniendo ambas. No la ando trayendo, pero el Dentista que me la hizo, trabaja en este mismo piso y así no tuve que usar CPAC".
❤Al otro día, temprano, pasadas las 9 de la mañana, decidí visitar al colega. Una colega de mi oficina, Catalina, rehabilitadara, al verme salir me preguntó sí volvía luego, “¿Por qué?”, le pregunté. “Para presentarle un caso, doc y que me opine sobre el plan de tratamiento".
❤Le respondí: "Voy dónde el doctor Hormazábal, Dentista, para hacerle una consulta. ¿Lo conoce?". Le di su nombre y me dijo: "Lo conozco, me hizo clases de bruxismo. Es muy bueno. Es de la Universidad Católica". Cerré la puerta y me fui caminando desde mi oficina 802 a la 811. Había en la pared un letrero con varios nombres de colegas y al final salía su nombre y decía "Especialista en dolor Orofacial y en trastornos del sueño". Estaba la puerta abierta así es que entré y la secretaria me dijo:
—¿Tiene hora?, "No", le dije a la recepcionista. ¿No notó que no me conocía o que no me había visto antes?. Sin escucharme, dijo: “¿Tiene ficha?”. Pensé: "Ya partimos mal, sí apenas hace pocos minutos, sino que segundos le dije que no tenía hora ¿que no me había entendido?".
—Espere, y le aviso al doctor.
Vi unos sillones y me senté. No me dijeron sí estaba o no, y si estaba me atendería o no, si estaba desocupado o atendiendo, etc. ¡Qué importante la recepción!
❤Esperé unos diez minutos, sentado. Salió una persona de un box ¿Paciente? ¿El doctor? Sí tenía un delantal de color, y él de unos cuarenta años, joven, y dirigiéndose a la recepcionista, le preguntó
—"¿Alguien más?". “El caballero lo espera". Yo de traje de doctor de color azul, lo saludé y me dijo "Veo una cosa y lo hago pasar". Acepté otros 10 minutos. No me preguntó nada respecto a si éramos colegas u otra profesión. Otros diez minutos y me hizo pasar.
—¿Qué problema tiene?. La verdad es que esperaba que me saludara más gentil y cariñoso, tampoco de abrazos, pero es nuestra costumbre que cuando atendemos a un colega tomamos una especial atención. "Me caí de la cama y me golpeé la pierna, y una amiga médico que se atendió con usted me recomendó venir a verlo”. No me preguntó quién era. Igual le dije: "la doctora Barrientos, médico anestesista, que se atendió con usted me lo recomendó porque usted le hizo una placa anti ronquido".
Sin hacer ningún comentario me dijo:
—"¿Tiene la placa?", me preguntó. "Sí”, me la hice con el laboratorio que usted trabaja". Se la pasé y me dijo: “tome asiento”.
Me puso la placa en la boca y comenzó a evaluarla y ajustarla. Abrió un cajón y sacó unos “papeles articulares” y me dijo: “Golpee varias veces”. Lo hice. Miró la placa y se fue a trabajar al mesón, dándome la espalda, ajustándola con el motor dental. ¿Qué pasará por su mente? ¿Seré un cacho como paciente Dentista? ¿Qué problemas tendrá? .
Empecé a latearme y aburrirme.
Ni música había. ¿Le digo que soy especialista en placas de relajación? Le había dicho que éramos vecinos. Cómo no iniciaba ninguna conversación ¡ni porque éramos vecinos!. Le dije que era bueno que existiera una especialidad en el tema de los problemas del sueño. No hubo respuesta. Decidí no hablar más.
—Gracias doctor. Agregué: "¿Cuánto le debo?"
—Nada.
—Gracias.
Me fui, sin despedirme de la Recepcionista, que de recepción, nada.
Usando la placa antironquido
Así comencé a usarla, y el primer día me desperté tres veces usando la nueva placa. Pensé que iba a dormir mejor. Igual no es fácil usarla porque no se puede abrir la boca aunque tiene movilidad en sentido horizontal y un poco de apertura.
Placa antironquido |
¿Por qué dormir mal de nuevo?
¿Sería por ser objeto "extraño" al ser dos placas?, ¡una arriba y otra abajo!, unidas por sistema telescópico. Tomé una hora al neurólogo especialista en problemas del sueño y me pidió una polisomnografía, que es un examen que uno debe hacerse quedándose toda una noche hospitalizado, en este caso en la clínica INDISA. Quinientos mil pesos, por la noche y ¡me devolvieron cuarenta mil pesos!. Afortunadamente me salió normal, sin hipoapnea ni apnea.
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Placa Antironquido con bisagra y aditamentos para protruir más o menos. |
Fin
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